El Boletín Interno de los CJC era una herramienta de organización de primer orden a la que se le concedía máxima importancia.
Situémonos: no había móvil, ni email, ni whatsapp. El boletín se redacta a máquina y se iba reproduciendo en fotocopias en la medida que iba siendo necesario hasta llegar a la base. Para su difusión se usaba el mano a mano y el correo postal.
El Boletín Interno era responsabilidad de la Comisión de Organización del Comité Central. Y en manos de las personas responsables de los colectivos de base era una guía imprescindible para concretar los planes de trabajo.
Leer los boletines internos habla sobre todo del estilo que se quería imprimir a la acción, de la crítica constructiva, de la celebración del éxito en otros colectivos, de la acción para servir a las masas, de las finanzas como compromiso y de la rendición de cuentas de abajo arriba y de arriba abajo como garantía de servicio.
Este número 7 es especialmente interesante porque destila el impulso que se imprimió a la preparación del primer congreso de los CJC. El congreso era solo el acto final de una movilización total de la organización y más allá.
Una obra maestra de la comisión de organización de aquel entonces.

V.S. del grupo promotor de la Iniciativa de adhesión al 40 aniversario CJC Cataluña