La Juventud Comunista: Salvando Vidas y Transformando Historias
Estoy vivo porque fui un joven comunista. Fui militante en Errenteria de los KGK-CJC, entre los años 84 y 93, desempeñando en el 87 la responsabilidad política de Euskadi y posteriormente, primero con Jotaeme Cespedes y luego con Vicente Serrano, ocupándome de la Secretaria de Organización y Finanzas del Comité Central . Me llamo Carlos y aspiro a que lo que hicimos juntos, no se pierda en el olvido. ¿me dejas que te achuche hasta convencerte?
Alguien que tiene la percepción de que le debe la vida a la juventud comunista esta en deuda eterna de gratitud con esa organización. Por ello, celebrar el 40º aniversario de los CJC el 25 de febrero en Cataluña, para mí, solo puede ser un motivo de orgullo y de esfuerzo incondicional. Y en ello estoy, ayudando en todo lo que puedo a ese evento. Pero quiero ir más lejos e invitar desde esta tribuna a que todos y todas los que estuvimos esos años en los CJC no perdamos de vista la importancia, para nuestras respectivas vidas, de aquella experiencia.
Si eres de los que piensa que no le debes nada a los CJC, mi reflexión no te va a encajar. Y la consecuencia es que seguramente te importará un bledo que se pierda lo que hicimos y aquí seguramente se separa nuestra reflexión. Para mi, la primera reflexión tiene que ver con que no debería perderse nada de lo que hicimos.
Si no estas de acuerdo, no hay problema en que dejes de leer, sin embargo, si estas de acuerdo te invito a dar un paso adelante. Y ya que fuimos protagonistas de aquellos años, seamos responsables de que no se pierda en el olvido. Da igual lo que paso después, no debe convertirse en lo más importante. No soy quién para juzgar lo que hiciste después o a donde fuiste, como espero que no me juzgues a mi tampoco. Es irresponsable pretender hacer ajustes de cuentas pendientes simplemente pensando que la razón universal esta de tu parte o de la mía. Hablemos de los que nos unió, de lo que hicimos juntos, de lo que aprendimos y aportamos que es lo importante en este caso.
Recuperar la memoria.
No voy a menospreciar que es importante analizar las consecuencias políticas que derivaron de aquella experiencia y no debe haber problema en hacerlo, si se hace sin acritud. Seamos dialecticos y entendamos como un todo lo que paso, pero concretando para sacar lo positivo, concentrémonos PRIORITARIAMENTE en el DURANTE (aquellos años), UN POCO MÁS en el ANTES (de aquellos años) y de forma equilibrada y sosegada en el DESPUÉS (de esos años).
No puedo olvidarme que algunos ya no están con nosotros y seguramente lo que analizarían sería decisivo, incluso más relevante que mi modesta aportación. Lo que me lleva a lo importante que es que la mayoría estemos vivos. Y que tuvimos el maravilloso privilegio de estar allí y que en consecuencia podamos aportar recuerdo, aprendizaje, vivencias, emociones para que nunca se olvide.
Invito a los que «desperdiciamos» la juventud al servicio del comunismo a que contemos como la desperdiciamos. Es simple y sencillo, nos hartamos de decirlo en aquellos años. Pues bien, ahora toca explicar porque fue el mejor desperdicio que pudimos ofrecer a los demás y a nosotros mismos.
Siempre la Juventud Comunista: Salvando Vidas y Transformando Historias
Poniéndonos en contexto, en aquellos tiempos de miedo ante la guerra nuclear, con desempleo y miseria terrible entre la juventud, de incapacidad para conseguir una vivienda, de lucha por una mejor educación, de ser victimas de las toxicomanías, de peligros medioambientales, de conflictos militares en decenas de puntos de la tierra, hubo jóvenes que decidimos priorizar la lucha y la rebeldía frente al «paso de todo». Lo que molaba entonces era pasar de todo (el «No Future» de los Pistols). Y nosotros dijimos que no pasábamos de todo. Entre otras cosas porque era aceptar la derrota y porque pasar de todo, era asomarte al abismo en tu vida.
Cada uno llego por su propia vía.
En los 80, mi pueblo Errentería, para la juventud era los tiempos de la DROGA, el PARO y/o el PLOMO. Se te encaminaba hacia estos escenarios principalmente:
- Toxicómano y jugar un partidito con la sobredosis y la muerte
- Delinquir como salida para vivir rápida e intensamente
- Kale Borroka y/o Terrorista ultranacionalista para canalizar tu rabia
Independientemente del orden que las miremos, con todas ellas se coqueteaba en mi instituto (Zamalbide). Instituto que se planifico para alejar a todos los inadaptados a 4 kilómetros de la ciudad en las verdes montañas que tiene mi tierra.
Un instituto donde el Mobbing, casi era lo menos relevante que te podía ocurrir. Donde la violencia y las peleas grupales del pandillerismo juvenil por el barrio del que eras, o por la música que te gustaba, o por las drogas que consumías o por las posiciones políticas en que te movías eran habituales y de crecimiento exponencial. Donde recibir una paliza tremenda por no entregar tu cigarro te hacía calibrar cada minuto del día, lo peligroso que era sobrevivir.
El dilema, como indicaban las tesis del primer congreso de los CJC, que enfrentábamos la juventud «era entre resignarse a aceptar un negro futuro o luchar por lo que es suyo, sus derechos».
Por mi perfil rebelde, lo más lógico era que hubiese engrosado las filas del ultranacionalismo vasco, pero un fantasma recorrió mi instituto. El fantasma del eco generado en la constitución del PC PUNTO en enero del 84. Mi camarada Carlos Correas, que tenía familia en el partido, me busco y me encontró. Alguna responsabilidad tiene en salvarme la vida y desde aquí le doy las gracias.
Y en nuestra ingenuidad y ganas de revolución, el 18 de enero de 1984 montamos la célula de la JUVENTUD COMUNISTA del PC PUNTO de nuestro pueblo. A comernos el mundo, a cambiar la historia, a defender los oprimidos. ¿os suena?
Y comenzó la magia de la JC.
Se dice fácil, pero fue casi mágico. Cual mariposa saliendo del capullo comenzó la transformación vital y profunda del que escribe. Eso es lo que me ocurrió, o lo que nos ocurrió. Me salvo la vida o nos salvo la vida, porque se inició el proceso que me doto o nos doto, de una serie de principios que han mediatizado toda mi vida posterior y tal vez a ti también te paso. Todo esto descubrí:
- un método de conocimiento científico, integral y universal de la realidad
- unos principios e ideología
- el materialismo dialectico e historico
- el ser activista y la experiencia que otorga
- la asunción de principios básicos humanistas
- la organización y planificación de la lucha y su carácter colectivo
- el compromiso con la unidad a sus diferentes niveles. Partido, clase y alianza de la izquierda.
- la disciplina en y con la organización y por ende, con el partido
- el altruismo incondicional
- el internacionalismo/antiimperialismo
- la voluntad de ejemplaridad y liderazgo social
¡¡¡Joderrrr!!! Soy lo que soy, y a lo mejor estas de acuerdo conmigo, en que somos lo que somos por lo que hicimos y aprendimos juntos en aquellos años.
En torno a un deseo simple que era cambiar el mundo hacia una sociedad más justa e igualitaria, nos dotamos de los conocimientos, los métodos, las actitudes, la organización, el compromiso con conseguir el deseo anhelado. Organizamos nuestra rebeldía y contribuimos a organizar la de cientos de jóvenes.
Esto hay que contarlo, es obligatorio. Si o si.
Lo que no se cuenta, no existe, se olvida, o se manipula
Yo no sé la sensación que tenéis, pero yo creo que lo que se hizo, lo que hicimos juntos no se esta contando correctamente. Faltan datos, faltan reflexiones, falta historia, falta contexto, falta criterio… Y falta aplicación del materialismo historico si nos ponemos exquisitos.
Hay demasiado interés por parte de algunos por apuntarse solo lo bueno. Y sin embargo, para lo malo, en buscar culpables en los demás. Nada nuevo bajo el sol, los comunistas hemos sido los peores, los más malos, los más viscerales, juzgando a otros comunistas en toda la historia.
Y lo siento, pero me rebelo antes eso. Yo soy de los que creen que lo bueno y lo malo, lo hicimos y gestamos entre todos y todas y somos culpables colectivamente. Y si hay que criticar, se critica, pero empezamos por la sanísima autocritica y ya vamos viendo…
Y que por tanto y desde luego, si alguien puede contar lo más cercano a lo cierto, y aprovechando que estamos vivos, lo podemos y lo debemos hacer y contar los protagonistas en primer lugar. Para ajustar lo más posible a lo que realmente hicimos y paso en esos años, por si se puede aprender algo para el presente y el futuro.
Ser lo que decías ser
Fuimos muchas cosas que hay que contar. Éramos de los que decíamos y a continuación hacíamos, que fue otra gran virtud colectiva.
Si nos paramos a pensar, es descomunal todo lo que fuimos e hicimos:
- Solidarios
- Internacionalistas
- Estudiantes organizados
- Obreros organizados
- Ateos practicantes
- Alegres
- Combativos
- Estudiosos del comunismo
- Formados, formados y formados
- Organizados, organizados y organizados
- En debate y reflexión permanente (a veces incluso…)
- En escuelas, campamentos, conferencias, congresos, eventos internacionales, aniversarios como el de la JSU, en fiestas como Revolució, en todas las batallas electorales…
- Agitadores sociales
- Rojazos junto al partido
- Pacifistas, antifascistas, antiimperialistas, ecologistas, feministas…
- Por la vivienda accesible, con los derechos nacionales, con la cultura y el deporte popular, frente a la alienación de las drogas, por la democracia participativa, por la unidad de la izquierda, y mucho más.
- Activistas y movilizados a las duras y a las maduras.
- Revolucionarios jóvenes, en definitiva.
Cada uno vera, que le quedo de todo esto, pero serlo, lo fuimos. Y sigo insistiendo, eso hay que contarlo.
Porque fuimos, somos.
Todo eso fuimos, y seguramente más cosas. Y también nos equivocamos en cosas, incluso en ideas tal vez por ingenuidad o idealizaciones. Incluso tal vez, porque las condiciones y circunstancias históricas nos condujeron a cometer esos errores en los tiempos que nos toco vivir.
Si no nos ponemos muy tikis-mikis, podemos llegar a acordar que hubo algunos errores claros y es la vida. Aprender y a otra cosa.
Pero en lo grueso, acertamos, no me cabe la menor duda. Claro que acertamos.
Ahora mirando atrás es muy fácil ponerle el cascabel al gato, o no ponérselo, porque tampoco nos pondremos de acuerdo con el 100% de que cascabel hablamos. Y podemos dedicarnos a separar el grano de la paja, que no esta mal, pero el fondo era el que era y en lo fundamental, acertábamos.
Éramos la mejor propuesta de organización juvenil para la defensa de los intereses de los jóvenes. Nuestra propuesta de unidad de la juventud, en torno a una plataforma de derechos básicos, era indiscutiblemente la mejor de las propuestas. Todavía hoy, aunque suene arrogante es así.
Ojalá, incluso hoy, se fuese capaz de articular y unir a la juventud en torno a la lucha por sus derechos.
Contar las acciones distintivas de la Juventud Comunista: Salvando Vidas y Transformando Historias.
Lo que no se cuenta no existe, o se pierde, o peor todavía, se manipula o malinterpreta como decía antes. Cualquiera de estas consecuencias es indeseable. Corremos el riesgo de que sea así y es por eso que estoy erre que erre para convencerte, a ti que me lees, en que no se pierda nada, que lo contemos todo, incluso que se nos juzgue, aportando nuestra versión colectiva encima de la mesa.
En resumen, creo que a estas alturas ya tenemos que estar de acuerdo en algo, y es que lo que hicimos fue extraordinario.
Un evento a la altura de lo que hicimos.
Un evento a la altura de las vidas que salvamos, como la mía y tal vez la tuya.
El 40º aniversario de los Col.lectius de Joves Comunistes es un grandísimo hito para la memoria, pero tenemos que dar un paso más y celebrar el 40º aniversario de los Colectivos de Jóvenes Comunistas de los pueblos de España.
Debemos preparar un evento extraordinario conmemorativo a la altura de la extraordinaria historia que hicimos.
- Que analice el momento historico y el contexto en el que nació esa organización.
- Que sea inclusiva con todas y todos los que estuvieron allí.
- Con espacio para diferentes versiones con el único límite del espacio temporal de esos años.
- Amplia por su participación cuantitativa como cualitativa.
- Recuperadora de lo que nos unió independientemente del devenir de cada uno.
- Emocionante y alegre como fue toda nuestra experiencia esos años.
- Que recupera la documentación y audiovisual que deje un legado conmemorativo para la historia
Los y las Cjs de aquellos años tenemos una deuda moral con esa historia que hicimos y cualquiera que tenga lo más mínimo que aportar lo debe hacer.
Contacta con participo@juventudcomunista.com y ayúdanos.
Carlos González
Estoy vivo porque fui un joven comunista